viernes, 7 de octubre de 2011

Nuevo Curso, Nuevo Destino...



Muchas cosas han pasado y hoy hice el propósito de escribir acerca de esto. En primer lugar debo decir que he vuelto al Colegio  de Fe y Alegría en el Barrio José Félix Ribas de Petare.  


Este lugar ha tenido un significado especial en mi vocación y debo decir que  me gusta vivir aquí. Resulta bastante duro saber que no todas las personas  piensan igual e incluso hay quien hace campaña contra este colegio y en especial contra la alianza con Fe y Alegría.

Me parece que en el fondo esta actitud no es más que la negativa a salir de sus cómodas vidas y una cerrazón a lo que Dios nos pide en estos momentos, en este país herido y pobre, en esta Iglesia Latinoamericana que ya nos ha hablado en Medellín y Puebla y sigue hablando hoy... aunque existan voces que promueven el integrismo y una involución del Concilio Vaticano II.

En fin, si doy rienda suelta todas mis quejas esta entrada se va a hacer muy desagradable. Sólo le pido al Señor que nos de su luz para que veamos el camino y alguna vez hagamos opción por los pobres como Instituto, yo personalmente trato de hacerla y me gustaría que alguien me acompañara en este camino para que fuera más fácil.

Un compañero de estudio me regaló  varios libros de Alejandro Moreno: 



Según lo leído en el libro “Y salimos a matar gente” he confeccionado este proverbio, ya que en clase de Sapiensales nos pidieron que redactáramos uno:

Tres cosas acercan a un muchacho al infierno y una le empuja dentro:
La calle violenta, la madre alcahueta, el padre borracho maltratador
Y el que, con fingida simpatía, pone un arma en su mano…

Habría que leer el libro para explicar esto… lo más interesante que he leído hasta ahora es que no es la necesidad o el hambre lo que lleva al muchacho a la delincuencia, sino el caos en la familia y en la calle, sobre todo la figura del padre violento del que tiene que huir y en la calle es presa fácil de las bandas…

Las cosas que he ido leyendo en este estudio sobre del delincuente violento de las zonas populares me han impactado. Al asociar los datos que ofrece con lo que el P. Pedro Trigo expone en su libro “La Cultura del Barrio” sobre el malandro adolecente, me doy cuenta de la necesidad de mantener espacios donde le brindemos experiencias significativas a los muchachos para que tengan algo  que les libre del sin sentido en que caen cuando les ponen el arma en la mano. Algo que los mantenga humanos. 

Cuando miro a los exalumnos que están en mayor situación de riesgo o escucho que un alumno el curso pasado participó de un asalto, pues simplemente se me rompe el corazón. Si en algún lugar yo me he sentido madre y padre ha sido aquí, realmente me duelen en las entrañas estos muchachos. Wow, ¡soy Asperger y tengo entrañas!… eso es lo que más agradezco de estar en este colegio, las personas del barrio me ayudan a ser humana y por tanto me ayudan a ser más de Dios…  yo estoy profundamente agradecida con ellos por esto. Cuando estuve enferma de depresión,  la capacidad de "echar pa' lante" que demuestran me ayudó a sobreponerme... 

Por último, estoy en el último año de Teología en la universidad, realmente quiero aprovecharlo, va a ser muy difícil porque, además de ser Asperger y tener dificultades para concentrarme,  somos menos en la comunidad y hay que arreglar ciertos desastres que dejaron acumulados sobre todo en la catequesis… voy a estar corriendo a toda máquina. Además quiero rescatar el Acto de Navidad y el club de GO porque son parte de las experiencias significativas que considero importante brindar a nuestros muchachos. También sueño con iniciar un grupo de lectura orante de la Biblia con adultos y me rondan en la cabeza otras iniciativas...


Por lo pronto del grupo de catequistas han regresado la mayoría, casi todos los que a la vez eran del grupo de teatro, les hemos propuesto formar un grupo juvenil o hacer un itinerario de formación, aspiro a que de aquí nazca en el colegio el movimiento seglar… hay que apostar por ellos y por el Señor…




Por cierto que he comenzado a leer el libro de Pagola: “Jesús, aproximación histórica”, no resulta del todo nuevo porque ha sido la Cristología que he estudiado desde novicia, gracias a Dios que soy latinoamericana y disfruté de los maestros que tuve en el CER y ahora los que tengo en el ITER. El libro está muy recomendado y tengo altas expectativas de que me ayude en mi reflexión teológica y sobre todo en la lectura del evangelio para encontrarme con la persona de Jesús aquí y ahora, en la oración, en el salón de clase, en los pasillos del colegio, en la calle, en el metro… porque el maestro no está encerrado y camina entre nosotros cada día.